• Benjamin Argumento
    Benjamin Argumento
    2014-11-04

    La esencia del antifascismo consiste en resistir al fascismo defendiendo a la democracia; ya no se trata de luchar contra el capitalismo, sino de presionar al capitalismo para que renuncie a la opción totalitaria. Ya que el socialismo es identificado con la democracia total, y el capitalismo con una tendencia acelerada al fascismo, los antagonismos entre proletariado y capital, comunismo y trabajo asalariado, proletariado y Estado, son rechazados por una contraposición entre democracia y fascismo presentada como la quintaesencia de la perspectiva revolucionaria. La izquierda y la extrema izquierda oficiales nos dicen que un verdadero cambio sería la realización, por fin, de los ideales de 1789, traicionados una y otra vez por la burguesía. ¿Un nuevo mundo? Para qué, ya está aquí, hasta cierto punto, en embriones que deben ser preservados, en pequeños brotes que deben ser sembrados: los derechos democráticos ya existentes deben ser impulsados una y otra vez dentro de una sociedad infinitamente perfectible, con dosis diarias cada vez mayores de democracia, hasta el logro de la democracia completa, o socialismo. De esta manera, reducida a la resistencia antifascista, la crítica social es llevada al terreno de todo lo que una vez denunció, y renuncia a nada menos que a aquel artículo deteriorado, la revolución, y abraza el gradualismo, una variante de la “transición pacífica al socialismo” como fue alguna vez defendida por los Partidos Comunistas, y objeto de burla, antes de 1968, por cualquier persona seria que quisiera cambiar el mundo. El retroceso es palpable.

    0